sábado, 2 de abril de 2016

CARLOS FONG GRAN ESCRITOR Y NARRADOR PANAMEÑO

Esta semblanza coincide curiosamente con el Día Internacional de la Literatura Infantil y Juvenil casualmente este es uno de los campos de Carlos Fong y coincide también con que en abril celebramos el Día del escritor Panameño el 25 de abril por eso estas semblanzas de escritores panameños.

CARLOS FONG

POR: ROBERT A. GOODRICH V.*

Cuenta cuentos, gestor cultural, escritor, ensayista, promotor, lector, narrador su espacio http://miradadenuchu.blogspot.com/ es un blog maravilloso donde se promueven eventos, actividades culturales, libros, pensamientos, críticas literarias, reseñas en fin de todo un poco como en botica un escritor sin igual ganador de varios reconocimientos como el Premio Nacional de Cuento José María Sánchez por mencionar uno de los más importantes.

En la actualidad promueve la lectura para los más pequeños de la casa, usa su talento como narrador, como cuenta cuentos para transmitir historias por medio de la palabra ya antés lo hacía excelentemente también por medio de su pluma además de ser para mí un excelente ensayista.

El 25 de abril como ya mencione en Panamá celebramos el Día Nacional del Escritor por eso estaré publicando breves semblanzas biográficas de escritores panameños y Carlos Fong a quién respeto es uno de esos escritores que vale la pena mencionar y promover por su arduo trabajo con los niños y jóvenes del país, también con los adultos como promotor cultural, como escritor, como narrador, como ensayista mis respetos y admiración total.

Nació en la Ciudad de Panamá el 27 de febrero de 1967.

Miembro fundador de los colectivos de escritores "Umbral" y del Movimiento Juvenil "Avanzada Cultural", este último con sede en La Chorrera. Miembro fundador "Unión SedArte".  Actualmente labora en el Departamento de Letras del Instituto Nacional de Cultura.

Ha ofrecido recitales de poesía y cuento, y dictado conferencias y charlas didácticas.

En 1993 ganó el Primer lugar en el Concurso de Cuento organizado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Municipio de la Chorrera; en 1995 gana el Tercer lugar en el Concurso de Ensayo "Premio Franckfort", de la Embajada de Alemania en Panamá; y en 1997 Mención Honorífica en el Premio Nacional de Cuento "José María Sánchez", de la Universidad Tecnológica de Panamá. En el 2001 vuelve a ganar una Mención Honorífica en el mismo concurso de cuentos, así como el premio de cuentos "Dario Herera" de la Universidad de Panamá.

Ha ofrecido recitales de cuentos y poesía y dictado conferencias y charlas didácticas. Ha publicado artículos en el diario La Prensa y textos diversos en las revistas Umbral, "Maga" y Explosión 2001, así como en el libro Intentemos la utopía (INAC, 1992), El humo y la ceniza (Antología literaria de la invasión de Estados Unidos a Panamá, (1993), Antología del humor panameño (USMA, 1995) y en Hasta el sol de mañana (50 cuentistas panameños nacidos a partir de 1949) (Fundación Cultural Signos, 1998).

Libro de cuentos: Desde el otro lado (Universidad Tecnológica de Panamá, Panamá, 2003), Fragmentos de un naufragio (Panamá, 2005).

Libro de ensayos: Presencia del libro (Panamá, 2003), Para narrar la identidad (9 Signos, Panamá, 2006).

Como narrador a nivel internacional ha participado en:

Centroamérica Cuenta Encuentro de gestores de la palabra de la región centroamericana y República Dominicana, Costa Rica, 2010.

Encuentro de Contadores de Historias en Buga, Colombia, 2009 y 2010.

Festival del Sur de Ecuador.

Festival Alajuela Ciudad Palabra, Costra Rica, 2010.

XXIII Festival Internacional de Narración Oral Cuentalee en México, 2012.

Festival Internacional de Narración Oral San José Puro Cuento, 2013.

XXV Festival Internacional de Narración Oral CuentaLee en México, 2014.

Sus cuentos han sido publicados en importantes antologías como:
-Puertos Abiertos, antología de cuento centroamericano, Fondo de Cultura Económica
-Tiempo al tiempo (nuevos cuentistas de Panamá 1990-2012).
-Hasta el Sol de Mañana 50 cuentistas panameños nacidos a partir de 1949.

Su libro Fragmento de un Naufragio personalmente me gustó y forma parte de mi biblioteca personal es un excelente lector lo demuestra con sus valiosos aportes culturales y opiniones.

Próximamente participará en el Congreso Internacional sobre Novela Panameña del Siglo XX a realizarse aquí en Panamá en el Mes de Mayo del 2016 donde será uno de los panelistas y exponentes.

Yo tengo el deber de promover parte de su talento como ensayista para muestra un fragmento de este excelente ensayo publicado en su blog Mirada de Nuchu

La cultura en la Cumbre:
En torno al Plan Estratégico de Gobierno.
             Una crítica y una propuesta.

Por Carlos Fong

“Es ya tiempo de que los gobernantes entiendan que la ciencia y, en general, la cultura no son solamente un instrumento de desarrollo económico, sino también y en primer lugar un bien intrínsecamente valioso”
Mario Bunge

Agradezco profundamente al doctor Javier Stanziola por sus importantes observaciones a este texto y a Alexandra Schjelderup por facilitarme algunos documentos que me ayudaron en la redacción.


Un referente histórico imprescindible:
En el año 1982 la UNESCO convocó a la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales. Como consecuencia, las Naciones Unidas declaró el período de 1988 a 1997 como el decenio Mundial para el Desarrollo Cultural. La Declaración que salió de aquella Conferencia apelaba a nuevas líneas orientadas a revalorar la noción del desarrollo de los individuos y la sociedad. Solicitaba a las políticas culturales "a que protejan, estimulen y enriquezcan la identidad y el patrimonio cultural de cada pueblo; además, que establezcan el más absoluto respeto y aprecio por las minorías culturales, y por las otras culturas del mundo. La humanidad se empobrece cuando se ignora o destruye la cultura de un grupo determinado”

Por este motivo, se dieron muchas acciones concretas como seminarios y congresos internacionales destinados al estudio y a la investigación de la noción de desarrollo cultural. Empezaban a tener forma nociones como Cultura y Desarrollo que hasta el momento habían estado concebidas de forma separada.

         Entre el caudal de iniciativas podemos recordar el seminario-taller internacional: “Las dimensiones culturales del desarrollo y la integración: políticas y proyectos”, convocado por el Instituto Andino de Artes Populares (IADAD) celebrado en Quito en 1997; o el “Segundo encuentro iberoamericano sobre cultura y desarrollo, retos y estrategias”, convocado por el Centro de superación para la cultura, del gobierno cubano; y, en 1998 en Estocolmo, la “Conferencia intergubernamental sobre políticas culturales para del desarrollo” dedicada por la UNESCO y las Naciones Unidas para cerrar dicho período.

       Sin embargo, al final del decenio de los 90, siguieron algunas acciones como el “Primer congreso internacional de cultura y desarrollo: el desarrollo cultural” desde una perspectiva ética celebrado en Cuba en 1999; y a comienzos de agosto, del mismo año, se dio el encuentro: “Cultura y Desarrollo: la perspectiva regional/local” organizado por el IADAP. Y no olvidemos La Declaración de Margarita, que nació del Primer Encuentro Iberoamericano de Ministros de Cultura, celebrado en Venezuela en 1997, donde los ministros de cultura se comprometían a “impulsar políticas culturales, cuyo propósito se fundamente en el concepto que sitúa al hombre como sujeto y objeto de la cultura, en las que éstas se constituyan en el eje del desarrollo humano”.

La idea de impulsar políticas culturales, cuyo propósito se fundamente en el concepto que sitúa al hombre como sujeto y objeto de la cultura, en las que éstas se constituyan en el eje del desarrollo humano, cobró fuerza desde entonces y ha corrido mucha tinta sobre el tema. El siglo XXI se abría con una nueva mirada hacia los procesos culturales. Una gran diversidad de investigaciones, publicaciones, estudios de científicos sociales de la talla de Néstor García Canclini, Jesús Martín-Barbero, Ernesto Ottone, Oscar Landi, María Immacolata Vassallo de Lopéz, Ernesto Piedras, Marcelino Bisbal, Germán Rey Beltrán, entre muchos otros, acuñaron una serie de términos y conceptos que ayudaron a edificar un discurso y, en el mejor de los casos, un método de trabajo para que la cultura trascienda la concepción de desarrollo desde lo meramente económico-industrial.

Hacia una nueva mirada de la cultura.  
    La noción de desarrollo cultural se formuló, explícitamente, por primera vez, en ocasión de la “Conferencia internacional sobre los aspectos institucionales, administrativos y financieros de las políticas culturales”, organizada por la UNESCO en Venecia en 1970. El propósito de la conferencia era ampliar y corregir una concepción demasiado economista del desarrollo (Desarrollo Cultural y Desarrollo Global de Claude Fabricio, 1982).

         Aquella concepción estaba asociada de manera orgánica a la historia del crecimiento de las sociedades industriales en Europa, desde finales de siglo XVIII, al progreso económico norteamericano durante la segunda mitad del siglo XIX, y desde fines de la Primera Guerra Mundial. En los años sesenta se pone en duda el desarrollo concebido solo en términos económicos y nacen nuevas concepciones como ecodesarrollo, desarrollo endógeno y también desarrollo autocentrado en las relaciones sociales, la cultura y las instituciones políticas de la colectividad. Empieza la preocupación de si los estados-nación pueden orientar su desarrollo regional y local desde un punto de vista cultural-histórico.

         Hace 17 años, el filósofo Mario Bunge había aconsejado que un modelo de desarrollo exclusivamente económico y político era un error costosísimo. Las palabras del pensador argentino aún siguen haciendo eco. Bunge sostenía que una nación es un sistema compuesto de tres subsistemas entrelazados entre sí: económico, cultural y político. Apostaba por un modelo de desarrollo integral  que combinaba un modelo biológico, económico, cultural, político e integral. “Solamente los malos economistas creen que los problemas económicos pueden desligarse de los demás y resolverse con medidas puramente económicas...”, afirma Bunge.

          Una concepción integral de desarrollo combina todos los modelos porque la sociedad es un sistema donde la salud de uno depende de la salud de los demás. En consecuencia, el progreso auténtico y sostenido es integral. Escribe Bunge:

“La sociedad humana no es ni un bloque macizo ni un mero conjunto de individuos, sino un sistema concreto analizable en cuatro subsistemas principales. Éstos son el sistema biológico (mantenido por los lazos de familia), el sistema económico (mantenido por las relaciones de producción), el sistema cultural (mantenido por las relaciones de información) y el sistema político (mantenido por las relaciones de poder). Cada uno de estos subsistemas interactúa fuertemente con los otros tres, por lo cual ninguno de ellos se desarrolla de manera autónoma, es decir, independientemente de los demás. Más aún, cada uno de los cuatro subsistemas tiene componentes biológicos, económicos, culturales y políticos”.

La cultura es un componente clave para el desarrollo de un país. Sin cultura –esto es la ciencia, la técnica, las ciencias sociales (las humanidades) y las artes-, cualquier modelo de desarrollo está condenado al fracaso. Un plan de desarrollo, para contener una estrategia sostenible, debe ser integral, aunque la elección de ese modelo sea una decisión política de determinada ideología. El problema es cuando la ideología se inclina sólo por la economía.   “Al fin  y al cabo la economía no es un fin sino un medio para vivir una vida plena”, dice Bunge.

          Hoy sabemos (incluso lo han admitido organismos internacionales como el BID) que para que exista un cambio que resuelva los males que afectan al mundo, los mismos tienen que ser de carácter cultural. Empezamos a escuchar que la cultura no es algo ajeno a una política de desarrollo social. La cultura es objeto mismo de desarrollo; tratar el desarrollo desde una concepción cultural no excluye las concepciones de carácter técnico-económico; la visión de desarrollo cultural no se reduce ni se limita al espacio donde se encuentran los sectores vinculados estrechamente a la cultura (industrias culturales, artesanías, patrimonio cultural, turismo cultural, etc.).

La mirada profunda del desarrollo cultural está implícita en todas las políticas: de economía, de educación, de salud, de deporte, de ambiente, de prevención y de la política-política. La cultura, quieran o no los políticos, quienes en última instancia son los que toman las decisiones políticas, está inserta de manera innata en todo. La dualidad entre economía y cultura no existe. Las nociones de desarrollo clásico han evolucionado. Para que exista un verdadero desarrollo integral es necesario ver la realidad desde un punto más amplio que incluya un pensamiento económico, social, antropológico, filosófico, pedagógico y, desde luego,  CULTURAL, para que de esta forma podamos salir de los fundamentalismos estrechos que nos tienen viviendo en el siglo pasado en términos educativos y culturales.

Diversos documentos, informes y memorias, acumulados en las sucesivas Cumbres Mundiales sobre el Desarrollo Sostenible, comenzando por aquella en Estocolmo en 1972, pasando por la de Rio de Janeiro en 1992, hasta la de Johannesburgo en 2002, sin olvidar Informe Mundial de Cultura y Desarrollo: Nuestra diversidad creativa que la UNESCO publicó en 1995, donde explícitamente se cuestionaba: “¿Cómo pueden los países definir políticas culturales encaminadas a fomentar un pluralismo realmente constructivo en el que la diversidad sea una fuente de creatividad? ¿Cómo convencer a los responsables de tomar decisiones de que apoyar las formas y expresiones artísticas nuevas, emergentes y experimentales no significa subvencionar el consumo, sino invertir en el desarrollo humano?”

Todos estos documentos y declaraciones firmados por Ministros y Mandatarios, como los famosos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que fueron acogidos por los Estados miembro de ONU en el año 2000, en la Cumbre del Milenio; o  la Carta Cultural Iberoamericana, documento aprobado en Uruguay en el año 2006, en el marco de la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, donde se reconocía expresamente la importancia de reforzar el papel de la cultura; o la Declaración de Hangzhou que intentaba situar a la cultura en el centro de las políticas de desarrollo sostenible y donde se comprometen a: “…tomar plenamente en cuenta el papel de la cultura como sistema de valores y como recurso y marco para construir un desarrollo auténticamente sostenible, la necesidad de aprender de las experiencias de las generaciones pasadas y el reconocimiento de la cultura como parte del patrimonio común y local y como fuente de creatividad y de renovación”. Todos estos compromisos parecen ser una burla por los que toman las decisiones políticas en algunos de nuestros países.

Este año 2015, reunidos en Bilbao los días 18 al 20 de marzo, representantes de ciudades y gobiernos locales de todo el mundo, convocados por la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) en su Cumbre de Cultura, adoptaron un documento titulado:  Agenda 21 de la cultura que aspira, no solo a reconocer el potencial de la cultura, sino también a revalorar la absoluta necesidad de la cultura para el desarrollo sostenible.

La Agenda 21 de la cultura tiene su primer antecedente en el año 2014 cuando se crea el primer documento, con vocación mundial, que apostaba por establecer las bases de un compromiso de las ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural. Fue aprobada por ciudades y gobiernos locales de todo el mundo comprometidos con los derechos humanos, la diversidad cultural, la sostenibilidad, la democracia participativa y la generación de condiciones para la paz.  Su aprobación tuvo lugar el 8 de mayo de 2004 en Barcelona, por el IV Foro de Autoridades Locales para la Inclusión Social de Porto Alegre, en el marco del primer Foro Universal de las Culturas. 

El nuevo documento complementa a la Agenda 21 de la cultura, aprobada hace 10 años. Se puntualiza que la Cultura es el Cuarto Pilar para el desarrollo sostenible.

Recientemente, faltando dos días para la VII Cumbre de Las Américas que se celebró en nuestro país el 10 y 11 de abril, el Movimiento Ciudadano por la Identidad Panameña en un Mensaje a la Nación Panameña (Aquí) remarcó esta nueva noción de la Cultura como Cuarto Pilar del Desarrollo y recordó las orientaciones recientes donde “la cultura sea incluida en este modelo de desarrollo, aseverando que la cultura al fin y al cabo moldea lo que entendemos por desarrollo y determina la forma de actuar de las personas en el mundo”. En la mesas de la VII Cumbre de Las Américas la cultura no estaba incluida como tema y la Mesa de Educación fue retitulada como Mesa de Educación y Cultura, gracias a la intervención de personas preocupadas por el tema.

Nuestro problema, nuestra crítica y nuestra propuesta
            Los sucesivos gobiernos panameños a partir de la Post Invasión (para situarnos en un periodo de tiempo), han elaborado planes y programas de desarrollo a través de comisiones que estudian el comportamiento del desarrollo, la economía y lo social para diseñar y elaborar los proyectos y acciones que desembocan en un plan estratégico para cambiar el país o para edificar un proyecto de nación. Esto sucede siempre en todos los primeros meses de un gobierno, y, sin embargo, es curioso observar, sobre todo si tenemos en cuenta los referentes históricos que acabamos de citar, que la cuestión cultural siempre queda por fuera.
           
Desde mi derecho como ciudadano y persona del sector cultura quiero elevar una crítica constructiva, y a la vez añadir una propuesta, al “Plan Estratégico de Gobierno” (de ahora en adelante: PEG) del Presidente Juan Carlos Varela.

El PEG para el próximo quinquenio tiene muchas posibilidades de ser un buen Plan, pero está cojo y esa cojera es la ausencia de la cultura como un componente del desarrollo. Hubiese sido muy positivo para el gobierno del Ingeniero Juan Carlos Varela que dentro de las acciones concretas para elaborar el PEG se hubiese incluido el desarrollo cultural como uno de los pilares del desarrollo sostenible. Hubiese sido saludable que la palabra Cultura estuviese en cada uno de los ejes temáticos. De cualquier forma, y como dicen que nada está escrito en piedra y que nunca es tarde para rectificar, dejo estas observaciones usando el plural de modestia porque creo que el sector cultura estará de acuerdo conmigo.

Como cuentista parte de su obra:

REQUIEM PARA BALLENATO - Carlos E. Fong A.
Durante toda su adolescencia Cara de Bebi trabajó lustrando los zapatos de cientos de chorreranos. Hoy es barbero y tiene su propio negocio cerca del parque 3 de noviembre. De vez en cuando, si alguien se lo recuerda, narra aquella broma que le hizo a Ballenato con una mezcla de satisfacción y nostalgia. Para entonces, tenía su silla de limpiabotas a la entrada del antiguo Más por Menos, frente a La Estrella, donde dicen que una vez se guareció Victoriano Lorenzo de los conservadores.

Ballenato, el loco del pueblo que se imaginaba siempre conduciendo un auto, llegó esa tarde y parqueó su carro imaginario frente al comisariato. Ballenato era todo un personaje. Hubo días en que provocó hasta tranques descomunales y el guardia de tránsito, para que Ballenato no fuera atropellado, tenía que seguirle la corriente y ayudarlo a empujar su carro, que se había descompuesto en plena calle, para estacionarlo a un lado de la vía.

Aquella mañana, como casi siempre, Ballenato llegó con todos sus ademanes de conductor: girando el timón, metiendo cambios cautelosos, echando reversa, hasta que logró parquear su carro al lado de la silla de Cara de Bebi; fue cuando se le ocurrió la broma.

Cuando regresó Ballenato y se preparaba para abrir la puerta de su carro, Cara de Bebi le dijo que cuál carro iba a manejar si se lo habían robado en su ausencia. La ira de Ballenato fue tan grande que casi destruye las sillas de los limpiabotas porque dejaron que se llevaran el carro. Al día siguiente, Ballenato regresó manejando y volvió a parquearse. Cara de Bebi le preguntó que si había recuperado el carro. Ballenato dijo que no, pero que ahora a éste no le iba a dejar la llave puesta.


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© 2007, Carlos Fong
Tomado de "Desde el otro lado" (UTP, Panamá, 2003)

Sin duda alguna Carlos Fong es un tremendo narrador, cuenta cuentos, promotor cultural, ensayista, escritor, gestor, lector, amante de las letras que merece este pequeño homenaje que espero le guste  y felicidades en el Día del Escritor Panameño.

Fuentes:
-http://www.minitextos.org/search?updated-max=2008-01-05T00:01:00-05:00&max-results=7
-Página de Directorio de Escritores Vivos de Panamá.
-http://carlosfong27.wix.com/el-narrador
-http://miradadenuchu.blogspot.com/

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Robert Allen Goodrich Valderrama (Panamá 1980): Promotor Cultural, ensayista, escritor, poeta, bloguero, gestor, embajador de la paz, Presidente Nacional de UMECEP en Panamá, creador del blog Mi mundo www.robert-mimundo.blogspot.com del Grupo en Facebook Amor por las Letras, ha participado en más de 40 antologías a nivel mundial y contando sus publicaciones han sido publicadas en importantes espacios como: Revista Cultural Lotería de Panamá, Periódico La Prensa de Panamá, Periódico El Venezolano de Panamá, Revista Poética Azahar, Monografías.com, Buenas Tareas.com, Blog de la Revista Cronopio, Blog los Bloguitos, Escritores de Alrededor, Academia.edu, entre otros sus libros están a la venta en www.lulu.com www.amazon.com y otros lugares.